viernes, 27 de marzo de 2009

... al final hay que dar gracias...

En la última entrada, hablando de la salud, dejé al aire los resultado de aquel bebé. No fue por una cuestión morbosa (Dios me libre... con estas cosas no), sino por la sensación que puede dejarle a uno la intriga por la incertidumbre... ¿Os imaginais a los padres?
Al día siguiente el niño fue a quirófano, y a la 13:30 horas, como estaba previsto llegaron los resultados... el resultado fue positivo, dentro de lo malo... es decir, no era leucemia... pero sí tenia un bicho difícil de combatir. Todo esto empezó hace cosa de un mes, y el nene lleva casi dos semanas ingresado, con antibiótico fuerte para luchar y combatir la infección... esto será un largo proceso donde no han dado tiempo, solo han dicho que es largo, saldrá del hospital y tendrá que seguir en tratamiento... pero ha tenido suerte, porque en la segunda planta del hospital de Son Dureta (Mallorca), donde está ingresado, tiene compañeros de pasillo que no han corrido la misma suerte... algunos siguen tratamiento... para otros, no hay esperanza...
Así que con estas cosas, una debe replantearse la vida tantas veces y en tantos momentos, y seguir dando gracias por tener lo que tiene, que es mucho, y transmitir ese sentimiento de lucha por la vida, de optimismo y momentos de reflexión a esas personitas (como yo les digo), que por el momento, siguen de nuestro ejemplo, pues los padres somos sus principales modelos a seguir...

miércoles, 25 de marzo de 2009

¿Suerte?¿Cuándo debemos preocuparnos?... Cada cual, tiene sus respetables medidas

Hoy hemos ido al médico... La nena desde que va a la guardería, se trae todos los bichos que hay (sean virus, bacterias, piojos o lo que haya, que debe ser que con esto de la crisis, le debe sonar, que todo hay que aprovecharlo).
Así que el diagnóstico ha sido claro, el peque como ha estado vomitando estos días (en consecuencia, liberándore de los mocos), tiene un pequeño catarro... pero mi princesita, ha broncoaspirado el moco, lo que le ha producido una infección de bronquios, así que nada, apenas hace un mes que dejamos las mascarillas de ventolin y el antibiótico, y ya, volvemos a empezar con la misma rutina del jarabe y dilatador cada 8 horas.

A mi esto no me supera, la verdad, hay cantidad de madres que se pasan el día saturando los servicios de urgencias, medicando y automedicando, y llevándose las manos a la cabeza cada vez que su niño hace "u". De todos modos, esto no quiere decir que no sólo lo respete, sino que además también las comprendo, porque cualquier cosa que podamos pensar que sobrepasa nuestras posibilidades de proteger a nuestros hijos nos abruma y nos da sensación de impotencia de no saber o no poder hacer nada. Pero nuestra sobreprotección, no sólo nos angustia a las madres, sino también a nuestras queridas personitas, que también se angustian y fustran igual que nosotras.

Espero que de aquí al fin de semana esté mejor la cosa, tengo que volver mañana y pasado con la nena (se ha asustado un poco la pediatra), pero siempre, siempre tenemos que dar gracias de que sólo sea eso y tenga solución. Sí es verdad que al leer lo que escribo se puede pensar, que mala madre, pues no dice que encima hay que dar gracias por tener una bronquitis de caballo... pues sí y pondre un ejemplo de un "amiguito de mi hijo pequeño dee 14 meses", llevaba varios días con fiebre, el pediatra no sabia bien que hacer, fue de urgencias varias veces más (a su clínica privada), y después de más de una semana con la fiebre sin remitir, lo llevaron a urgencias públicas de la seguridad social. Tras varias horas de reconocimiento y pruebas, lo ingresaron en planta para darles el diagnóstico. De repente la familia, vio entrar a un grupo de médicos con mala cara... "por favor, solo los padres"... y demás familiares salieron de la habitación. El diagnóstico estaba claro: esta noche estará el niño en ayunas, mañana a primera hora pasará por quirófanos para realizarle una prueba que será definitiva y a las 13.30 horas sabrán ustedes si su hijo tiene una enfermedad transmitida por un mosquito africano (provocada por un "bicho" que tienen algunos animales domesticos) o leucemia. No dijeron nada más solo la "cara" o cruz del comienzo de una gran agonía...

domingo, 22 de marzo de 2009

No hubo palabras cuando os vi por primera vez... aún sigo suspirando



A mis niños, fuente de inspiración y de vida,
sois música,
la expresión de arte y amor más bonita que jamás podrá arlbergar mi alma.
Pasión de pasiones.
Vuestro cuerpo es un gran mundo para mi.
Vuestra risa es el aire que me renueva.
Vuestro llanto es la fuerza
y el motor que me impulsa a luchar por mimaros y cuidaros,
...querer mejorar esas caricias que os acompañen mientras me lo permita la vida.



A vosotros... de mamá.

domingo, 15 de marzo de 2009

Un angel me trajo de la mano lo más grande.


Probablemente las cosas ocurren porque ha de ser así, y a veces, es mejor no preguntar el porqué, pues nos volveríamos locos buscando explicación a cuestiones "de otra dimensión" en las que no lograremos respuestas científicas y me explico lo que quiero decir:


Cuando perdí, lo que iba a ser mi bebé, científicamente me dijeron que el embarazo no iba bien, que la naturaleza es sabia y por eso finalmente mi cuerpo lo rechazó, era un feto inviable, que habría más oportunidades... Podría haberme puesto desoladamente a preguntarme ¿porqué? ¿porqué a mi? ¿porqué a ese, que iba a ser una personita, mi bebé?, pero esto son preguntas como yo digo "de otra dimensión" para las que no tenemos respuesta (para qué perder el tiempo en pensar qué hubiera sido, qué hubiera pasado, porqué a mi... en fin, no llegaríamos a nada). Yo hice borrón, y cuenta nueva, y no derramé ni una sola lágrima (pensé, "son cosas que pasan", ¿cuántas mujeres han pasado por ahí?), en cada revisión trataban de consolarme y yo realmente no necesitaba ese consuelo, aunque entiendo que mi actitud no era la normal, y lo normal es llorar, claro que sí (y es bueno desahogarse si lo necesitas) sobretodo porque la ilusión y alegria las pierdes en un chasquido de dedos...


Pasó poco tiempo de esto, cuando un día tuve un sueño... alguien venia hacia mi, sonriendo, me miraba con confianza, con paz, con eternidad, con felicidad y sólo de recordarlo me entra sensación de aire (libre, ligera, que vuela sin cuerpo y sin nada que pese...aire). De la mano, una niña precionsa, con grandes ojos morenos, morena, guapa- guapa, miraba de frente y avergonzada hacia el suelo y expandía sus brazos entregándose a mi. A la mañana siguiente se lo conté a mi marido... Pasaron unos días... Yo yo me empecé a encontrar mal... Volví a tener otro sueño, alguien me acariciaba "estoy contigo" decía, "todo saldrá bien" y por la mañana, mi gato se puso encima de mi intentando cazar algo de mi barriga (este gato está loco)... Y yo me encontraba mal... pero ese malestar me sonaba... la prueba fue concluyente ¡estaba embarazada!


Claro, podeis pensar, esos sueños eran las ganas que tenías de ser madre (hay que buscarle siempre una explicación racional a todo). Ser madre no estaba en mis planes, yo creía que nunca lo sería y que si me quedaba embarazada los iría perdiendo porque cabía la posibilidad, no buscamos ese bebé, simpre digo con una gran sonrisa en la boca "el bebé nos encontró a nosotros"... fue un regalo del cielo, y, al cabo de 9 meses, una preciosa niña morena y de grandes ojos morenos y gran sonrisa tímida estaba en mis brazos... Y esa es la historia de mi niña, un sueño cumplido (sin buscar qué ni porqué ni para qué) aunque el para qué ya lo deduje nada más verla, vino a darme LO MÁS GRANDE.


miércoles, 11 de marzo de 2009

Mi gran profesor...Carlos Gonzalez


Bueno, haciendo referencia al último comentario deYoli, iba a contestar debajo, pero he pensado hacerlo mejor aquí, yo, he sido madre primeriza, como todas las madres y padres que lo son por primera vez. Ante mis dudas, mi desconocimiento y mis ansias por saber sobre los bebés, los niños, y la crianza en general, empecé a emborracharme de artículos (algunos en los que no estoy nada de acuerdo) y otros en los estoy totalmente de acuerdo o a medias y los he adaptado a mi manera de pensar, de ser y de sentir.


Al final, me he decantado por la crianza de mis hijos desde la postura más humana (humanista para los entendidos) y siguiendo las corrientes de pediatras, educadores y otros profesionales que me dan buenas ideas en algunos momentos. También debemos dejar a nuestra naturaleza florecer y reflorecer y dejar que nuestro instinto nos guie (nos bombardean con tantas informaciones, que nos confundimos... las informaciones nos tienen que servir para tener un espíritu crítico con nosotros mismos y con los demás).


Iba a poner un enlace pero, solo teneis que buscar "Carlos Gónzalez" y os sale toda su obra, aunque yo sólo he leido un libro "Bésame mucho" (genial), y las colaboraciones como pediatra que hace para diversas revistas relacionadas con el mundo de los bebes.


Los ejemplos que doy, son mios, salen de mi propia experiencia con mis hijos, pero hay ejemplos muy diversos y variados en su libro que hablan mucho mejor y expresan mucho mejor que yo (desde su experiencia como profesional y supongo que como padre también).


Esto que comparto aquí en mi blog, es una especie de diario de amor, un consuelo donde refugiarme cuando las dudas me aturden, un sitio donde encontrar la paz que tal vez el estrés de diario me aparta seriamente de mi camino.


Tampoco es un manual para nada, ni para nadie, ni mucho menos, por que ya se sabe que las experiencias son propias de cada uno y que nuestra naturaleza no nos permite que sirvan para todos igual, pues todos somos diferentes.


Aclarado esto, ya puedo seguir, con la historia más maravillosa de mi vida: mis hijos.


Un besito, y gracias por leerme.



lunes, 9 de marzo de 2009

Salir del cascarón


Dicen, que cuando pasas la edad del pavo es la época en la que se empieza a salir del cascarón.
Yo alguna vez me he imaginado como será el día en que mis hijos no sólo salgan del cascarón, sino que hagan una maleta y salgan de casa... y no quiero adelantar acontecimientos, disfrutaré el momento.
Esa idea, me hace achucharlos y abrazarlos más... porque nuestra pequeña casa se hará una infita sala con eco de soledad, vacío sin sus voces y sonidos, sin su presencia... pero llegará el momento en el que sus vidas se abrirán camino hacia nuevos proyectos, y la mia cambiará de etapa (la vida son sucesiones de cosas, etapas y momentos)... y en ocasiones no os creais que no lo deseo, cuando hay pataletas y rabietas, gritos, trastos y juguetes, correquetepillos, y un sinfín de chiquillerias... uno se arrastra hasta la cama y cuando están los niños dormidos piensa "por fin", y sólo se piensa porque no se tienen ni fuerzas para decirlo.
Os digo, que poco me he separado de mis hijos, pero cuando ha ocurrido, tampoco lo he podido aprovechar para descansar, porque me hacían falta sus risas, sus pasitos pequeños correteando por una casa recogida, cosa que no es habitual estando ellos... tan lindos.
Y lo que nos hacen reir... y lo que nos hacen enfadar, pero son enfados diferentes a cualquier enfado... ¿Realmente te puedes enfadar con un niño chiquitín?:
La mayor, tiene 2 años, ahora empieza a hacer trastadas, el día que empezó en el cole, hace pocos meses, estuvo una semana lloronceta (normal, para ella, sus papás la estaban abandonando con desconocidos) ¿os imaginais que trauma?, para mi también es difícil empezar en un trabajo nuevo por ejemplo (no conoces a nadie, no sabes en quien confiar, a quien preguntar...). Después de una semana y media, ya era la reina de la clase.
Un día, cuando voy a recogerla, sale su profe y me dice:
- Ya se ha integrado, y se nota, porque hoy a empezado a arrastar las sillas, tirar los juguetes, etc.
Yo pensé, puede, que esté muy enfadada, y aunque no llore porque sabe que no le sirve de nada, manifiesta su enfado de esta manera... pero no sé, mi hija todavía no habla, y si lo hiciera, quizás aún no sabe expresarse de manera que la pudiera entender o incluso ni ella misma podría definir que le pasa.
Al día siguiente voy, como cada día a recogerla:
- Hoy ha estado muy bien, ya no llora. Es un terremoto (que me lo digan a mi), hemos llevado a un nene al baño y ella se ha colado, y cuando nos hemos querido dar cuenta estaba con la esbilla del bater...
Claro, esto, a mi me lo hace en casa y me tengo que poner sin reñir, sin gritar, pero si explicándole muy en serio que eso no debe hacerlo ella. Pero eso sí se hace, claro que sí se hace, y ella lo sabe que se hace, porque ve a mamá cuando está limpiando (por lo tanto no puedo decir que "eso no se hace"). Evidentemente, si la profesora la ve sacándose un moco para luego comérselo no me lo va a decir "mira lo que ha hecho hoy" porque eso no está catalogado como una travesura, pero es que eso, eso sí que no se hace (tenemos tendencia a fijarnos sólo en lo que nos molesta...). Pero cuando ocurren estas travesurillas, pensamos que son malos, ¿porqué no pensar que somos su modelo a seguir y nos imitan en todo lo que hacemos? Y si llegamos a esa conclusión ¿porqué no darles amor para que puedan imitarnos, y aprendan a amar sin límites?¿Os imaginais un mundo con amor?
Mi niña está haciendo cambios increibles... y es que el cariño no se pasa con tarjeta de crédito, la compresión y la empatía tampoco las encontramos en los escaparates... no hacemos más caso ni amamos más a nuestros hijos por darles todos los caprichos materiales que quieran, con eso no les hacemos ningún bien... pero si les hace mucho y muchísimo bien mimárles y hacérles caso, intentando comprender su mundo, aunque te digan gentes que quieren enseñarte a educar (no són psicólogos, simplemente es la vecina de la esquina que tuvo gemélos, por poner un ejemplo) "los estás mimando demasiado", pero, ¿ no somos también los adultos seres deseosos de mimos?, ¿no nos encanta sentir como nos achuchan y abrazan, cómo nos besan, cómo nos dicen te quiero, cómo nos dicen lo bien que cocinamos o trabajamos...?¿acaso nos volvémos malas personas por sentirnos amados y más caprichosos de los bienes materiales?, os invito a la reflexión. Pues ellos, aún lo necesitan más, ese apoyo que les refuerza para saber que hacen las cosas bien (y cuando no, claro, hay que decírselo, y a veces, claro, nos tendremos que enfadar, pero... hay muchas maneras de hacerlo).
Dios mio, menos mal que no nos acordamos el primer día de nuestra vida... estamos escuchando a mamá, dentro de mamá, con luz tenue, con el calor óptimo, sin frío, sin hambre... El trabajo que tienen que hacer esos bebés por pasar por el agujero más pequeño por el que tendrán que pasar en su vida (lo huesos de su cráneo no están del todo desarrollado, para que puedan adaptarse al canal del parto, de ahí las cabezas pepino, huevo, plátano y todas esos bonitos adjetivos que les decimos en lugar de decirles "bienvenido a la vida, lo has hecho muy bien, gran trabajo, gran esfuerzo, no te preocupes que todo saldrá bien y verás que guapit@ estarás". Y nacen, y abren por primera vez los ojos con un foco delante que les alumbra o deslumbra (haced la prueba y vereis lo que molesta), unas manazas que los agarran y de estar flotando pasan a sentir el peso de la tierra (bienvenidos a la gravedad), y de estar en agua calentita a salir al exterior del mundo(qué frío, es como darse un baño en invierno y salir en pelotas por el pasillo de tu casa), de escuchar el corazón de mamá a no saber donde está la voz que te ha acompañado durante nueve meses, pero aún decimos "hay que llorón, sólo quiere estar con su madre o con su padre o solo quiere brazos", claro, ¿qué querríamos nosotros?
SIEMPRE ES DURO SALIR DEL CASCARÓN... PERO SI ENCUENTRAS APOYO, NOS RESULTA MUCHO MÁS FÁCIL.

La base del amor


Creo, que la maternidad o la paternidad, merece ser nombrada a lo grande, porque en un gran acontecimiento para la nueva familia que se está creando. Es una lástima que no se hagan pruebas para poder ser padres, (como las que pueden hacerse a futuros profesionales como médicos, policías o etc. aunque sé que eso tampoco aseguran las buenas cabezas para ejercer, claro).

Yo no soy experta en nada, no tengo una carrera universitaria que me avale como que he estudiado "tipo laboratorio" el comportamiento de los niños y/o de los adultos. Sólo soy madre, que batalla cada día con amor la desdicha de ser pequeño y nuevo en el mundo e intentar hablar y expresarte y que no te entiendan (eternos lloros por supuestos cólicos, cuando es hambre o por supuesta hambre cuando sólo son deseos de estar en el regazo de mami)... pero a esto me referiré más adelante y lo explicaré con detalle.

Hay madres que sueñan serlo toda la vida, hay madres que planean tener una nancy y cuando la ecografía dice "es niño" se hartan de llorar, hay madres que esperan tener niños idílicos, que no lloran, que no cagan, y que duermen 24 horas (como las nancys o las "barbis"). Otras somos madre por sorpresa, no nos ha dado tiempo a planear la maternidad durante los que me imagino que deben ser interminables semanas, meses o años intentando quedarse en estado (y que se supone, que cuando buscas un bebé, has asumido lo que va a cambiar tu vida).

El momento de hacerme a la idea de ser madre fue difícil, pues me dijeron especialistas que quizás nunca se cumpliría... así que cuando vi las dos rayitas rosas primero lloré, luego pensé "no estoy preparada", luego me deje llevar observando como mi cuerpo experimentaba el cambio más grande, increible, maravilloso, fantástico y todos los adjetivos que se os pasen por la cabeza. Cambios físicos y evidentes, pero también personales y muy profundos.
Por desgracia no tuve antojos (es momento de que te mimen y encapricharte de cosas ¿no?), aunque mi dieta se diferenció en que algunas de mis comidas favoritas las aborrecí por completo.

Cuando llega el día, es como una borrachera de un interminable brindis, tanto tiempo (se hace eterno el embarazo) esperando ver esa carita, ver esos movimientos y esos giros que una siente y toca desde fuera de la barriga, escuchar el primer llanto, dar verdaderos besos... y cuando ocurre, se plantea no escuchar a nadie, dejar a la sociedad y encargarse de pleno en la "educación" de ese trocito de corazón que está en nuestros brazos.

No tarda mucho cuando llega el momento en que te dicen no lo cojas tanto, lo estás mimando, etc, etc. Y una dice, sí, lo estoy mimando, qué y quién me impide coger a mi bebé en brazos, darle mi pecho cuando lo quiera, amarlo (sí solo es un bebé, por Dios!). Yo, humilde, no puedo darle caprichos, pero si puedo colmar a mi bebé de mimos, mimarlo (no es lo mismo que encapricharlo)... Y así, comienza la aventura más increible de la historia del ser humano...