martes, 7 de julio de 2009

Vostros también teneis grandes retos

Hace tiempo que no os escribo, que no os cuento y que no os grabo parte de lo que pienso, de lo que siento y de lo que sois.
Hoy he decido romper estas dos semana de silencio escrito, aunque no me voy a esmerar demasiado, y es que, mamá está cansada.

A veces las cosas se hacen cuesta arriba, y eso, vosotros no lo entendeis, porque vosotros, no entendeis los estúpidos problemas de los adultos.

No entendeis los horarios ni de normas "anormales" ¿para qué deben existir?, si teneis sueño os dormís en cualquier parte, y si teneis ganas de cantar lo haceis aunque esteis con 39ºC de fiebre y esperando en la puerta del médico para que os mande una medicación... sois auténticos, y libres, y mil veces oireis la frase "quien fuera niño", y es verdad "yo quisiera volverme una niña para ser libre como lo sois vosotros a pesar de la dependencia que acarrea ser chiquitín".
A veces, quien dice "quien fuera niño", no lo dice por esa libertad que teneis para experimentar y vivir la vida al límite, llenos de energía y capacidad de autorrealización (es que los niños sois extraordinarios)... a veces, como decía antes, hay quien dice esa frase pensando en lo más banal del mundo y con una gran ignorancia "quien fuera niño para no tener preocupaciones..." y yo, creo firmemente que vosotros teneis grandes preocupaciones, aprender de la vida, intentar entender el complicadísimo mundo adulto, cumplir normas y horarios "chorra", acatar contínuamente órdenes, limitar en ocaciones vuestras ansias de vuelo y descubrir...
El otro día, Ramón, estabas pintando con tiza la pizarra que nos trajo la tita Yoli junto con tu hermana, la pizarra te quedaba chiquitita y como ya estaba toda pintada, decidiste ir a otro lugar a plasmar tu arte... de repente me encontré toda la pared llena de colores (había dejado de ser blanca), y tú al mirarme, no tenías sensación de haber hecho nada malo, solo sonreiste y me llamaste para que fuera a admirar tu obra y decirte lo chulo que te había quedado... yo te dije:
- Menudo artista Ramón, pero en la pared tiene que quedar blanca, vamos a intentar linpiarlo... las tizas se utilizan para pintar en la pizarra... y tú, cogiste otra tiza y mirándome te volvías a dirigir hacía la pared diciendo:
- Mia (mira)
- Sí Ramón, si ya sé cómo se pinta y qué puedes pintar sin problemas, pero, cariño, es que la pared hay que dejarla blanca ¿vale?, venga, ven aquí vamos a pintar en la pizarra que es para eso...

Ramón, tú te enfadaste un poco, porque debías pensar en cuál debía ser la razón por la que no podías pintar, a quién molestabas, a quién hacías daño, si la pared no la usaba nadie... pero tu gran corazón y vuestra gran tolerancia y aceptación hizo que enseguida me hicieras casa y no hayas vuelto a pintar sobre la pared...

PD: disculpad las infinitas erratas, es difícil escribir con dos pequeñajos sentados en mis rodillas!!!!

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